Vuelta al mundo

Cuando conocí a Fernando Moura Machado había salido de Portugal, su país, hacía tres meses. Tení­a el plan de dar la vuelta al mundo. De ese encuentro en una estancia cordobesa pasó casi un año.
Cuando conocí­ a Fernando Moura Machado me parecía un hombre serio, curioso, de mirada larga y triste. Después me enteré que su mujer, Ana, había muerto. Y de repente, él se encontró totalmente solo. No tenía hijos ni demasiados compromisos. Es fotógrafo y después de muchos años había dejado la importante empresa para la que trabajaba. Entonces se vio parado en el momento justo para viajar con tiempo. Así decidió dar la vuelta al mundo.
Hoy, Fernando volvió a Estoril, su ciudad, donde vivirá hasta el próximo viaje. Su vuelta al mundo duró 366 días; visitó 13 países, sacó 10.000 fotos y escribió en un blog la experiencia.. Desde Estoril, contestó estas preguntas a Viajes Libres.

¿Cómo se diseña una vuelta al mundo?

La planificación de una vuelta al mundo depende de los intereses de cada viajero, y de las capacidades que tenga para organizar un proyecto. En mi caso, como aprecio la organización de proyectos, decidí planificar con bastante cuidado mi primera vuelta al mundo, para poder saber con anticipación las etapas. El plan previsto inicialmente tuvo apenas dos alteraciones en lo que respecta al recorrido.
Para la construcción de un plan de viaje utilicé diversas fuentes disponibles en Internet, referencias impresas especializadas en viajes, particularmente dos revistas norteamericanas que leo hace muchos años: Travel + Leisure y Traveller, de Conde Nast. Esto, además de haber recolectado informaciones de otros viajeros que habían estado en países incluidos en mi plan. Durante el viaje fui comprando en cada país la mejor guía de viajes disponible (mis preferidas son Rough Guides y Lonely Planet) para la consulta permanente, más allá de las oficinas de turismo locales. En el caso de mi viaje, la planificación me ocupó varios meses.

¿Sabías cuánto duraría tu viaje antes de partir?
Mi viaje fue hecho con gran libertad. Antes de partir, habí­a anunciado que podrí­a demorar un año como mí­nimo. O el resto de mi vida. Sin embargo, la planificación de base fue hecha por el período de un año, según el límite máximo permitido por las compañías aéreas, para poder utilizar un Round the World ticket.

¿Cuál era tu presupuesto por día?
Para este viaje, definí un costo medio diario de 100 dólares, sin contar el pasaje inicial.

¿Cuál creés que es la mejor edad para dar la vuelta al mundo?
En mi caso, tengo 50 años y pude hacer este viaje sin ningún problema de salud, lo que me deja muy satisfecho. A lo largo del viaje administré con cuidado mi vida, sobre todo en lo que respecta a la alimentación y los esfuerzos físicos, para evitar problemas que pudieran perjudicarme.
Durante este año encontré otros viajeros de larga duración, la mayorí­a más jóvenes que yo, pero también había más grandes. En general, cada uno seguí­a su modelo de viaje, adaptado a sus gustos y disponibilidades. Por eso considero que no hay una edad ideal para hacer este tipo de viaje. Lo más importante es que cada uno sepa lo que pretende obtener como experiencia, y que aproveche lo más posible.

¿Qué países visitaste?
Mi recorrido, viajando hacia Occidente, fue el siguiente: Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Singapur, Sudáfrica.

¿Creés que es útil el boleto Round the World? ¿Hace más económico el recorrido? ¿Te limita mucho?
Desde el punto de vista económico, el Round the World ticket es la mejor opción, por eso la elegí y viajé con Star Alliance. Las limitaciones que trae son pocas, siendo las más significativas que hay que mantener un recorrido siempre en el mismo sentido Occidente u Oriente, y que no se puede exceder el período de un año de viaje para volver al punto inicial.

¿Viajaste con maleta o mochila?
Viajé con una valija y una mochila media en el inicio, pero más tarde tuve dos valijas y la misma mochila. Esta alteració se debiólas restricciones de algunas compañí­as aéreas sobre el peso de las valijas, que no puede superar los 23 kilos.

¿Qué lugares te parecen imperdibles en una vuelta al mundo?
Todo depende de los intereses de cada viajero. En mi caso privilegié lugares que me interesaban particularmente por factores naturales o históricos, o porque tení­a amigos que quería visitar.
De los trece países que recorrí­, los que me proporcionaron mayor placer fueron Nueva Zelanda, mi país preferido en el mundo, y Perú.

¿ Cuántas fotos sacaste?
La fotografí­a es una pasión para mí. En este viaje utilicé una máquina digital de nivel medio con 6.000.000 de píxeles. Durante el año que estuve viajando hice cerca de 10.000 fotografías, las mejores de las cuales están siendo publicadas a través de mi blog.

¿Creés que es mejor dar la vuelta solo? ¿Qué pros y contras ves en viajar solo y acompañado?
Una experiencia de viaje solo permite al viajero más contacto con las personas que encuentra por el hecho de no tener acompañante. Sin embargo, independientemente de la duración del viaje pienso que es más interesante viajar con alguien con quien podamos compartir las experiencias que proporciona un viaje, no sólo desde el punto de vista de la comunicación; también por otros, como la seguridad.

¿Te cansaste de viajar?
Me cansé de tener que transportar mi equipaje durante tanto tiempo seguido, y probablemente de viajar solo.

Si tuvieras que elegir los cinco mejores momentos del viaje, ¿cuáles serí­an?
Cuando se viaja por tanto tiempo, se viven muchos momentos especiales por lo que no me resulta fácil destacar las mejores experiencias. De cualquier modo, voy a enunciar algunos momentos verdaderamente extraordinarios que viví­, por orden cronológico:

– La visita del Parque dos Lencois Maranhenses, desde Atins, en el Estado de Maranhao, Brasil.
РLa Feira do Chorinho, pela comunḥo musical popular, no Bairro das Laranjeiras, no Rio de Janeiro, Brasil.
– La elevada calidad de los helados en Argentina me proporcionó muchos momentos de placer.
– El viaje en barco por el Lago Todos los Santos, de Petrohué Peulla, en la Región de los Lagos, Chile.
– La visita a Machu Picchu, en Peru, particularmente durante la tarde, después de que los visitantes de los tours regresan a Cuzco.
– Los baños nocturnos en las piscinas naturales de aguas termales en Colca Lodge, en Arequipa, Perú.
– La observación de regatas de barcos a vela, en la Bahía de Auckland, a partir de North Head, en Devonport, NZ.
– La vuelta a pie al Lago Matheson, en la región de Fox Glacier, Nueva Zelanda.
– La visita al Parque Fiordland, en la Isla del Sur de Nueva Zelanda, particularmente el recorrido a pie conocido como Milford Track, el viagem por la ruta hasta Milford Sound, y la visita en barco a este fiordo.
– La observación de la vida marina en Kaikoura, en la Isla del Sur de Nueva Zelanda.

¿Cambia algo en tu vida después de dar la vuelta al mundo? ¿Sentís como si hubieras hecho un master, como si fueras má sabio? O solamente sos un año más viejo?
Después de viajar por trece países durante un año acumulé muchas experiencias ricas que me enseñaron bastante. Simultáneamente pude ver el mundo en directo, lo que me permitió confirmar que vivimos en un mundo desequilibrado, adonde unos viven con mucho y otros, la mayoría, vivien con casi nada.
Hoy creo que el planeta Tierra precisa más cuidados de los que la especie humana le ha dispensado, si queremos que las próximas generaciones puedan tener un mínimo de condiciones para vivir con calidad.
Después de este viaje soy más consciente de la insignificacia de la vida humana ante el mundo natural, que tiene más valor que cualquier obra producida por los humanos

Me decís que vas a mantener una vida nómade, ¿cómo será? ¿Por dónde empezarías tu segunda vuelta, si decidís darla?
Actualmente dispongo de una libertad individual que pienso mantener para poder continuar viajando por largos períodos de tiempo. Después de haber concretado mi primera vuelta al mundo no tengo ninguna ambición de volver a hacer lo mismo. Pienso, sí­, viajar con tiempo por diversas regiones del mundo para conocerlas mejor. La primera región que me gustarí­a visitar es Asia, el continente que menos conozco. También, quiero volver a Nueva Zelanda, para volver a ver el Paraíso sobre la Tierra.

¿Por qué Nueva Zelanda es tu país preferido?
Las razones son personales, pero tienen que ver con la calidad de vida. Desde luego, la belleza del mundo natural de NZ y la forma respetuosa en que ese mundo es tratado por los seres humanos. De hecho, no conozco otro país donde las personas tengan una relación tan correcta con la naturaleza como en NZ. Después, la educación cívica de las personas que hace que podamos confiar en las actitudes de aquellos con quienes nos cruzamos y comunicamos, y la seguridad en términos generales, algo cada vez más raro, sobretodo en centros urbanos.
En general, los neocelandeses son personas educadas, empeñadas y humildes, lo que también me agrada.
Aprecio también la densidad de población baja, que lleva a que los estragos causados por los hombres sean menores que en otras regiones.
Por último, el hecho de que el paí­s está aislado geográficamente de regiones continentales hace que pueda preservar más fácilmente sus recursos y el territorio de agresiones ambientales.