No hay sobrevivientes del accidente aéreo de Brasil. La caja negra está siendo analizada en Estados Unidos y Lula ordenó investigar la pista de aterrizaje, que ahora es la pista de la polémica. Como hace dos meses los radares en Argentina. En la radio, en las calles, con la misma frescura que se habla del clima o de las noticias del día, la gente comentaba sobre los radares. No, no tenemos radar. Al final, ¿hay radar hoy? ¿Pero cómo que vas de viaje si no hay radar en Ezeiza? El mal tiempo sumado a la falta de radar significan cinco, seis, ocho horas de sala de espera. Eso si no hay asamblea de pilotos o huelga de auxiliares de pista. Recién hoy se anunció que el radar que había roto un rayo en marzo último fue reparado.
Cada vez que tengo que salir de viaje, una amiga que vive afuera me pregunta por qué no cambio de profesión. Ella como muchas personas sufre de pánico a volar. Su caso es grave porque vive en una isla, y la forma más frecuente de salir es vía aérea. Pero eso será otro post.
Lo cierto es que las tragedias frecuentes y seguramente evitables no ayudan a esa gente. Por más que haga cursos, compre libros o se tome una pastilla antes de abordar, el pánico está ahí. Y con cada accidente ese pánico tiene más asidero. Me imagino que después de cada desastre aéreo como el de hoy se apuntarían más a los cursos que imparten asociaciones del estilo Poder Volar.
Un día antes del accidente de Brasil, había derrapado un avión en la misma pista. Hoy, un día después de la tragedia, no hay sobrevivientes. Ya conquistó el título del peor accidente aéreo de América Latina. Hasta el próximo, que puede ser peor. Mientras tanto, cada vez que ingresamos a un avión casi nos desvisten en la máquina de rayos. El celular, el cinturón, las botas, se pasan tantos controles en nombre del terrorismo, y sin embargo el avión se despista y pierde el control y se estrella contra un depósito de combustible. Me pregunto si la falta de control de la pista, del radar, de lo que haga falta no es también una forma de terrorismo.
La imagen más triste,la noticia que no quiero volver a leer.Radares que no funcionan o ni existen,Pistas de Aeropuertos cortas para operar esos aviones,Agua de lluvia acumulada sin drenar como corresponde,2 aviones anteriormente tuvieron problemas en sus aterrizajes, Aeropuertos en el centro de ciudades, Problemas sindicales, Funcionarios ineptos…
Hace 12 años que vuelo, todavía gira en mi cabeza el recuerdo de varios accidentes que viví muy de cerca.
Qué más tiene que suceder para tomar conciencia de que no se puede seguir volando los cielos en esta condiciones irresponsables.
Todo mi respeto a quienes les toca transitar por este dolor.
Una de las formas de la inteligencia es escarmentar en cabeza ajena. ¿Les servirá esta tragedia a los militares
(ir)responsables de nuestra navegación aérea para no tener algo parecido en Aeroparque ?
Permítanme dudarlo.
PD: alguien reaccionó. Telerman le pidió a su ministro de seguridad repasar los planes de acción ante catástrofes. Peor es nada, pero eso será actuar ante los hechos consumados. Lo que hay que hacer es impedir que suceda. Prever, pre-ocuparse (ocuparse con anticipación).
Saludos
Cómo explicar lo que me estremeció este accidente??
En 1999 cuando sucedió la tragedia de Lapa en Argentina, me tocó muy de cerca: justamente en ese época era azafata de vuelo de esa misma compañía, y esa noche me acerqué a Aeroparque y la pasé en vela, entre los familiares de las víctimas, los compañeros de trabajo, las muertes de nuestros amigos, la indignación por tantas irregularidades y el dolor brutal de un acontecimiento tan horrible…
Justamente todo se asemeja: un aeropuerto en medio de la ciudad, un avión que se sale de pista y cruza una avenida súper poblada, una gasolinera cercana, demasiadas irresponsabilidades juntas…
Pero bueno, acá va mi palabra de aliento para los que tienen miedo a volar…
No creo en el destino pero tampoco en la casualidad…
Pienso que para que un accidente de estas dimensiones suceda, son tantas (tantÃsimas) las cosas que tienen que coincidir que realmente supera toda lógica posible… Va mucho más allá de buscar un culpable…
Y creo que le tocó al que el tenía que tocar…
Por este motivo nunca tuve miedo a volar, (aún en Lapa S.A.!!) porque pienso que si tuviera que partir de este Planeta así, de repente, me pasaría de cualquier modo, está donde está, haciendo lo que sea… por un motivo externo o interno de mi propio cuerpo..
Entonces, (y con esto no eximo de responsabilidades a ningún organismo «bananero» como los argentinos y brasileños en este caso) creo que lo mejor es relajarse y entregarse a la vida, sin miedo a morir… porque al fin y al cabo es nuestro único y real destino…
El verdadero «palo» en este caso es para todos los familiares y amigos de las víctimas del vuelo de Sao Paulo… a ellos les envío mucha luz y mucha fuerza para estos momentos de desgarrador dolor…