Esas casualidades. En la góndola del espectacular Metrocable de Medellín caben unas ocho personas. Como son treinta minutos de viaje hasta la última estación, hay tiempo de conversar.
Esta vez no miro por la ventanilla cuando escucho el acento argentino. Me doy vuelta y les sonrío a los chicos que tengo enfrente. Hablamos poco pero me entero de que están en Medellín para cantar tango. Los contrató un fanático, que más tarde supe que se llama Luis Guillermo.
Sí, con nombre doble, como en las telenovelas. Y no sólo por esta costumbre uno siente que se mete en novelas al recorrer Colombia.
Luis Guillermo Roldán es empresario, pero eso lo cuenta como un detalle. Lo suyo es la poesía del tango. Durante 20 años fue presidente de la Asociación Gardeliana de Colombia. Por eso, cuando murió el Gordo Aníbal y supo que el Patio del Tango cerraba, fue y lo alquiló. Y contrató músicos argentinos para animarlo. Suele venir al festival de tango en Buenos Aires y dice que cuando extraña el acento argentino llama a cualquier número equivocado para escucharlo.
Ese día en la góndola del Metrocable, los chicos me contaron dónde cantaban y antes de irme de Medellín pasé por ahí. El Patio queda en el barrio Antioquia (calle 23 N°58-38), un lugar bravo, nada de salir a vitrinear por ahí. Hay que llegar y salir en taxi. Se come muy bien, hay buena carne, vino y ron, y un buen show.
Uno de los argentinos, Hernán Genovese, ha tocado en festivales de tango en Europa y ganó el certamen Hugo del Carril hace un par de años. Antes del tango era abogado y estaba casado. Otra vida en esta misma.
La muerte de Gardel en el viejo aeropuerto del Medellín fundó un mito que había empezado cuando detrás de cada long play grabado en Argentina se ponía la letra de un tango: «Nos criaron a mazamorra, fríjoles y tango» , me dijo un taxista viejo, que hace viajes cantados.
Hoy existen varios lugares donde tomar clases, escuchar y bailar tango. Además del Festival Internacional del Tango y la Casa Gardeliana, que guarda objetos del Zorzal Criollo y muchas fotos del accidente que no se suelen ver en Argentina.
“Nos criaron a mazamorra, fríjoles y tango” , me dijo un taxista viejo, que hace viajes cantados.
Como es eso de los viajes cantados?
Eres buenisima Carolina!!
Un saludo!!
Lorena de Cultourama
Hola Lorena
Qué bueno que te gustó, gracias.
Sí, son viajes cantados, sus clientes saben que él canta y lo contratan por eso. Mientras los lleva, les canta unos tangos!
Saludos!
Carolina