Quién sabe si se termina el mundo. Mientras tanto, qué vista. Así se ve el Caribe en Cancún aunque esté nublado. Turquesa cerca de la costa y azul en el horizonte. La arena es finita y blanca. El día que partí inauguraron más playas recuperadas después del huracán Wilma. Esta fue la panorámica durante el Wine & Food de Cancún, la tarde de degustación auspiciada por American Express en el Hotel Iberostar, donde probé una brochette de cangrejo inolvidable.
Enrique Olvera es uno de los chefs del momento en México. El año pasado, su restaurante Pujol fue elegido por la revista Chilango como el mejor de la Ciudad de México.
También, autor de Milpa, un libro que cuenta sobre este método de cultivo -en el que conviven varios productos: maíz, frijol, calabaza y, según los terrenos, también chiles y tomates- y desde allí analiza e interpreta la cocina mexicana y su propia trayectoria, y da 40 recetas. En ese plato que pasa va un tamal de camarón.
En la degustación del Iberostar, algunos restaurantes de la ciudad prepararon sus mejores platos. En este caso, unos carnosos langostinos de Harry’s. No se ven, pero más allá hay tiraditos de atún con salsa de soja y para los que buscan intensidad: chile. De todos los colores, siempre chile.
Promotoras. Lo segundo más mirado después de la comida fueron las promotoras. Bueno, quizás un ojo se iba a los autos y otro a las chicas. Había algunas argentinas (escuché acento cordobés y porteño), no precisamente ella.
Se ve como un postre de frutilla, pero es un shot de espuma de gazpacho preparados por alumnos de Cordon Bleu en México.
Con esta centolla trabajó el chef chileno Cristian Correa en una cooking demo. Del otro lado de la mesa estaban los picorocos.
Quién sabe si se termina el mundo. Mientras tanto, la mesa está servida en Cancún.
NOOOOOOO!! qué perdición!!!! quiero de todo un poco!!
La verdad que si se termina el mundo mejor que te encuentre en un lugar así y disfrutando de los placeres de la vida.
Con todo lo que nos mostrás, realmente, qué importa si se acaba el mundo Carolina!
Saludos
Elisa