El fotógrafo argentino Gustavo Gatto vive hace más de 20 años en México. Durante ese tiempo ha acumulando cerros de imágenes sobre ese país y sus costumbres. Un día se dio cuenta que en muchas de ellas había un trazo surrealista y comenzó a guardarlas. En unos días las expone en París.
Retomando la mirada de André Bretón en su paso por México, en 1938, escribe Gatto: “En México, tras la realidad subyace inmediatamente lo surreal, por lo tanto no es mucho lo que uno necesita para captar ese componente enigmático, a veces basta con permanecer atento para expresar esas otras dimensiones que retan a la razón, se revelan a la lógica.”
«Los primeros europeos que desparramaron sueños y utopías en estas tierras dieron inicio a la diversidad cultural que distingue al México de hoy, un amplio crisol de influencias recibidas a lo largo de su rica historia, contribuyeron a configurar una superposición de realidades donde lo irracional, lo onírico, lo lúdico y lo caótico coexisten en un orden peculiar. La mezcla de razas y religiones, de tradición y modernidad, la coexistencia de la miseria y la opulencia transmite a la cultura visual de México un sabor propio. La conjunción entre las polaridades en la vida de la gente, su relación con el entorno, la visión de la muerte, los rituales asociados a ella, el colorido y la fantasía, constituyen algo único en el paisaje mexicano. El surrealismo se presenta en México de forma natural, aquí lo normal es la vivencia cotidiana de lo insólito que, en ocasiones, raya con lo absurdo».
Entre el 12 y el 28 próximos diez de sus fotos sobre el surrealismo en México se mostrarán en la Tercera edición del Festival Internacional de Foto y Cine Latino en París, en la Peniche Cinema, a las orillas del canal de la Villlette. Aquí, un viaje por algunas de sus imágenes.