Después de una costosa remodelación, hace un par de años reabrió el Neues Museum, donde está el busto de la famosa reina egipcia Nefertiti. En la cola para sacar el ticket, una pareja de españoles discute sobre si entrar o no.
La mujer insiste, que vamos, Javier, que vamos, pero el tipo está decidido a no ir. Habla fuerte, con acento marcado y la certeza de que los que están al lado no lo entienden:
«Que no quiero seguir pagando museos en Berlín, Marta. Que sí, mujer, que a mí me gusta la Nefertiti, pero que diez euros de aquí y diez de allá, y la audioguía, basta. Estos alemanes se han avivado, ponen el Pérgamo en uno, la Nefertiti en otro y así no hay bolsillo que aguante. Ni piernas. Además, yo no quiero echarme dos horas viendo piedras egipcias, si entro es por la Nefertiti. Pero no voy a entrar, ya lo decidí, ve tú. Yo te esperaré en el bar de enfrente, tomándome una caña.
Marta le responde algo bajito que no llego a escuchar, y él sigue:
«Y sabes qué, a la Nefertiti la veo en foto. Mira, aquí te dejo la cámara, cuando llegues a la sala, apretas este botón y me sacas una foto, ¿vale? Ponle el zoom para que la vea bien, y venga no pongas esa cara que nos vemos un rato.
El tipo se fue y la mujer lo miró caminar hacia la plaza. Quizás ella también estaba cansada de los museos, pero sentía la obligación turística de ver a Nefertiti.
Aunque era imposible no reírse al escucharlo hablar, una vez adentro del museo, parada frente a las piedras egipcias, me acordé de él con un poco de vergüenza. Me di cuenta que pasaba sin ánimo frente a las vitrinas, que tenía ganas de estar en la calle, atenta a la ciudad actual.
Entonces, busqué al guardia del salón y le pregunté en mi alemán de primer grado: Wo ist Nefrototo? (Dónde está Nefertiti?)
Cuando llegué a la sala, frente a la impactante escultura, volví a pensar en el gallego. Estaba prohibido sacar fotos.
Muy buen retrato de un viaje de a dos; ¡qué cosa no poder congeniar! Y puede que los alemanes se hayan avivado y que los museos sean agobiantes y se quiera ver la vida y no tanto colección. En fin, a veces me pregunto si tanta difusión fotográfica de obras y artefactos célebres (y paisajes, también) le hayan quitado, para ciertas personas, la mística y el encanto de viajar y conocer. Algo así, «¿y para ésto venimos hasta acá?»
Morí de risa con el gallego, imagino que vos tambien. Yo creo que Nefertiti debería volver a su país de origen y así con todas las piedras y obras que están e museos de paises de donde no son originarias. ¿que tiene que ver Nefertiti en Berlin??????
Recuerdo mi estadía de 4 días en Berlín. En Septiembre 2004; Ni idea como llegar al Museo Egipcio. (Ubicación anterior) Tomamos un Taxi ida y vuelta. Y eso que el Euro estaba 3.60 con el peso Argentino. Mi Madre saco la foto, sin idea de como desactivar el Flash. No solo la retaron sino que la “Nefertiti” salio con un lamparón blanco reflejo del vidrio.