Finalmente elegí la biblioteca, un lugar de respeto dentro de la casa. Ahí está mi ofrenda para mis abuelos, con sus flores frescas, la sal, sus caballitos de tequila auspiciados por Paquita La del Barrio, un Partagás y un Romeo y Julieta, incienso, velas, papel picado, collares y anillos, plantas, jabón y paño para asearse, un espejo y unas catrinas para que los acompañen en su viaje.
Lala era fanática de los viajes, de los brownies y de los scons. Los que están en ese cuenco de barro fueron hechos por mi madre con su receta. A propósito, son una delicia y bastante fáciles. La dejo aquí abajo por si alguien se anima:
Scons Lala: 300 g de harina y 100 g de manteca, deshacerlo bien. Hacer un hueco en la mesada y poner 1 huevo,4 cucharadas de azúcar y algo de leche o agua fría. ¡No amasar! Sólo unir, aplastar y marcar. Diez minutos de horno moderado.
¡Y qué vivan los muertos, pues!
Carolina quedò muy bueno el
altar ! como si hubiera sido
preparado por una mexicana.
Las dos notas muy ilustrativas.