Marito Walter Barneche Ruiz trabaja en el Mercado del Puerto de Montevideo hace 30 años. Es lustrabotas pero se siente embajador. Usa camisa celeste de lycra, pañuelo con traba, saco y zapatos de cuero gris.
– A mí me va bien, es el único secreto. Miráme, nena, yo tengo buena presencia, no soy cualquier cosa. No. Yo tengo, cómo es, márchesindain. Uso relojes, anillos, mirá, no soy un loco. Yo acá le lustro a famosos, a turistas de todo el mundo, tengo los emails, me mandan fotos. Hasta actué en una película, mirá lo que te digo. En la Puta Vida, ¿la viste? No. Yo no soy cualquier cosa. Miráme, ¿cuántos años me das?
– …
– ¿Sabés cuántos tengo? 62. No parezco, ¿no? Además de trabajar en el mercado, camino 40 minutos 3 veces por semana. Pero si querés que te diga la verdad, siempre tuve mucho sexo, por eso me mantengo así. ¿Sabés cuántos años tiene mi novia? 32. No, yo no soy un loco. Yo tengo markentig o como se dice, márchesindain. ¿Dónde me dices que va salir esta nota?
(La lustrada cuesta 3 dólares, la charla viene de regalo.)