Me hubiera gustado probar los alfajores de yerba mate ayer en el Senado. Pero cuando se terminaron las preguntas de la conferencia de prensa, no quedaban alfajores. O pusieron de menos o la gente se los llevaba de souvenir.
En el elegante Salón Azul del Senado, donde ayer por la tarde se lanzó la Ruta de la Yerba Mate, hacía mucho calor. Quizás hasta eso estuvo planificado para dar una muestra de cómo es el clima en las tierras calientes de Corrientes y Misiones.
Algunos protagonistas de esta noticia hablaron de las características de la ruta, de la diversidad que plantea, de que un viaje por allí no será cuestión de estar todo el día visitando industrias yerbateras. Hay muchas actividades asociadas, desde cabalgatas y ecoturismo hasta rappel y, próximamente, también visitas a comunidades guaraníes.
Se habló también de que la ruta tendrá un Menú de la Yerba Mate, de que existen pizza y helado con sabor a mate, y de los más de 100 prestadores que ya integran la Asociación Ruta de la Yerba Mate (Arym), la entidad creada el año pasado para regular la ruta. La mayoría de los temas que se comentaron ayer en el lanzamiento fueron adelantados por Viajes Libres, en el último Especial El Mate. Lo que en Viajes Libres no se dijo y ayer, en el Senado y a viva voz sí, es que al parecer existe un mago de la virilidad en Misiones y dicen que vive a mate.
Un lanzamiento es de alguna manera una fiesta, la concreción de un proyecto. Al final todos se sacaron fotos juntos, sonriendo y transpirando por la cantidad de luces de la inmensa araña del Salón Azul. No se habló de problemas. No se hizo mención a los cosechadores o tareferos de la yerba, que tienen once, doce y catorce años. No era el lugar, claro. Pero si se nombra a la Ruta de la Yerba como un «proyecto de identidad nacional» y se lanza en el Honorable Senado de la Nación, ese tema debería figurar como una prioridad en la agenda.
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