En estos días de festividades judías recordé la historia de la matzo ball de Willie L.
Todo empezó cuando preparaba mi viaje a Nueva York, unos meses atrás. Pedí datos por acá y por allá, a ex habitantes y fanáticos de la ciudad. Willie L. es un amigo que podría entrar en las dos categorías. Un día, me habló de Eisenberg, su bodegón en Manhattan, un lugar donde podía comer matzo ball, una sopa judía que hacía su madre.
En yiddish se llama kneydl y es una sopa a base de caldo de pollo. Adentro vienen las bolas de matzo. El tamaño es variable. Las más comunes son como una pelota de golf, quizás un poco más pequeñas. Pero también hay matzo balls gigantes, como la que este año se inscribió en el Record Guiness, que pesó 120 kilos.
Volviendo a Nueva York, cuando uno está en viaje crea sus propias rutas. Algunas recomendaciones entran y otras quedan afuera, para próximos viajes. Eso me pasó con Eisemberg, el bodegón que para quien esté armando su lista, está en la 5ta y 23 St., en Flatiron District. Quizás porque todavía no había probado la matzo ball.
Un tiempo después fui a San Francisco y ahí me lo encontré a Willie L., que un día preparó la sopa de su madre. Para hacer las bolas (balls) usó matzo Streits, una marca de productos kosher, famosa por vender matzo desde 1925. Me imagino que no tendría schmaltz (grasa de pollo) así que habrá usado manteca o similar. El resultado fue óptimo, y los cuencos que se ven en la mesa quedaron como nuevos.
Después de probar la matzo ball de Willie L. sé que Eisenberg entrará en mi próxima ruta en Nueva York.