Ok, voy a esperar a que me ubiquen, a pesar de que el restaurante está vacío y es mediodía, y hay mesas libres adelante, en el medio y en el centro del local.
Esperaré al acomodador aunque esto no sea un cine ni un teatro.
Ok, esperaré acá parada, como esperan otras personas. No importa si estoy cansada porque ya hice fila -y esperé- en el aeropuerto y en el MoMA y en el Met y en Starbucks y en el Empire State y en la Estatua de la Libertad.
Esperaré aunque no entienda esta espera como un gesto de delicadeza sino como un código más de control.
Ok, esperearé como si hubiera un semáforo rojo enfrente aunque no lo haya. Esperaré sólo porque me lo piden por favor (y porque no hay otro restaurante cerca). Eso sí, que quede claro que es una espera con total disconformidad.
ánimo, ya llegará