Las Cataratas llevan la delantera. Van punteras en esta gran elección de las Siete Maravillas Naturales de Argentina (¿Ya votaste?). Y aunque el voto también aquí es secreto, confieso que las votado. Hace unos días volví de Iguazú, de la tierra colorada, la selva paranaense y las aguas grandes. Las vi, claro, pero especialmente las escuché. Después de un tiempo con poquísima agua volvieron a su caudal normal: 13 millones de litros de agua por segundo caen en la Garganta del Diablo.
Iguazú es el parque nacional más visitado del país, con un millón de turistas por año, pero quiere recibir más gente todavía, llegar al millón doscientos escuché por ahí. Con ese fin de promoción ahora mismo hay en el parque tres directivos del Niagara Park, a punto de firmar un convenio para fomentar la cooperación y promoción conjunta de los parques.
Tanta gente llega, que los guías llevan paraguas de colores para que su grupo no se disperse. Tanta gente llega que Viajes Libres supo que pronto aumentará la entrada, pero básicamente para los extranjeros, que pagaban 30 pesos y a partir del mes que viene, serán 40. «A los argentinos les subió dos pesitos, nomás», me dijo un funcionario. Tanta gente llega que a veces toca hacer cola en la galería para ver la Garganta del Diablo. Nadie quiere moverse de ahí. La potencia del agua atrae, y de repente uno se olvida del tiempo, del grupo, de los fotógrafos que ofrecen fotos desde una escalera para que «entre todo». Además, el agua golpea tan fuerte que no se escucha mucho más. Y cuidado, si te distraés viene una ráfaga de brisa llena de agua y te empapa.
Tanta gente llega que no es mala idea entrar por la noche. Eso sólo es posible cuando hay luna llena. Como la de hoy. Como la de mañana y la noche del lunes también. Los paseos de luna llena se hacen todos los meses, y tiene varias salidas: a las 20:00, 20:45hs y 21:30.
El paseo de luna llena guarda el silencio inquietante de la selva de noche, un mundo de sombra y penumbra y oscuridad que se ilumina con el delicado reflejo de la luna sobre el río Iguazú. El paseo dura unas dos horas y cuesta 50 «pesitos» (y 80 si es con cena en el restaurante La Selva).
Nunca entendí por qué a los extranjeros nos cobran más caro que a los argentinos. Nunca nadie me dio un respuesta lógica para esa maniobra tan discriminatoria. No quiero creer que eso sea por una actitud taaaaan ingenua de las autoridades, al pensar «bueno, si son extranjeros y andan de viajes, tienen dinero!!». Pero capaz que sea simplemente por eso, por imaginar que todos quienes viajan libres por el mundo son millonarios. Que error!
Juan, vos pensás eso porque sos extranjero… jaja… pero si lo mirás de adentro tiene su lógica… por qué vas a pagar una entrada a precio de dólar o de euro si naciste ahi y cobras en pesos o en moneda local?? O quedarte con ganas de visitar un lugar en tu propia tierra porque es un gasto imposible de afrontar??
Pienso que el problema son los precios de las entradas a los parques, que en general, están pensadas sólo para los turistas ricos de tour, cámara de foto y gorrita blanca…
Pritama, el problema es que si todos ls paÃses aplican esa fórmula serÃa un desastre para los que somos de paÃses latinoamericanos. ImagÃnate que la entrada a un museo de Barcelona, que ya es cara, a los latinoamericanos nos cueste 3 veces más por no haber nacido en españa… serÃa un escándalo.
De todas maneras, le daré una vuelta al asunto, a ver de qué manera llegamos a un acurdo ¿te tinca?