Valparaíso tiene una completa oferta de alojamiento. El último hit son los hoteles patrimoniales boutique. Así ha decidido llamar esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad, a los pequeños hoteles de lujo que cuestan entre 80 y 200 dólares, siempre que no sea la semana de fin de año; ahí se pagará hasta cinco veces más. (Ojo: por si alguien aún no se enteró, el Año Nuevo en Valparaíso no tiene precio).
Los boutique patrimoniales son hoteles en casas antiguas, recicladas y con vista a los cerros. En general, están en los cerros Alegre y Concepción, los más seguros, promocionados y donde también hay bares y restaurantes de tipo boutique. Como Pasa & Vino, uno de los más nuevos -en la calle Templeman, cerca del clásico Café Turri-y donde es difícil conseguir mesa los fines de semana. El precio de las pastas caseras ronda los 10 dólares. (En el últimpo tiempo el dólar ha subido en Chile y el cambio es más conveniente para el viajero).
Hace dos semanas abrió Latitud 33° Sur, el hotel más nuevo, con una habitación para discapacitados, algo interesante para contar porque en la construcción está llena de desniveles por esencia. Entre otros detalles, lo bueno de estos hoteles es que si no se hospeda ahí puede ir a comer o incluso a tomar un trago en la terraza. Un dato: las machas a la parmesana del bar del Hotel Gervasoni son una delicia (¡y en cada concha vienen dos machas!).
Por ahora hay ocho hoteles patrimoniales. Casa Higueras es el más famoso y el más caro. No me alojé ahí, pero he escuchado comentarios a favor y en contra.
Mientras el proyecto de un gran centro cultural que el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer donaría a ciudad en la ex Cárcel de Valparaíso quedó en la nada, el Hotel del Vino, el primero temático de Valparaíso, se sigue construyendo sobre una casona de la calle Papudo, y hay planes de inaugurarlo en 2009. El mundo turístico celebra la iniciativa, pero como suele pasar, no todos aprueban los cambios en el cerro Concepción.
En la ciudad también alrededor de veinte Bed & Breakfast con pocos cuartos y la atención dedicada de los dueños. Están en distintos cerros y la doble cuestan alrededor de 30 dólares. Hace unos años me alojé en The Grand House, bien alto, en el Cerro La Cruz. El cuarto tenía una vista espectacular sobre la bahía. Eso sí, por la mañana, el desayuno es con los dueños.
Para mochileros, hay varios hostels con excelente ubicación. En La Maison du Filou, de habitaciones simples, espaciosas y limpias, la single cuesta 13 dólares. Los mochileros de alto presupuesto, pueden agendar, cerca de La Sebastiana y del Museo a Cielo Abierto, en lo alto del cerro Bella Vista, el Robinson Crusoe. (Se sube por el ascensor Espíritu Santo).
Una apostilla para terminar: tanto el hotel boutique patrimonial como el hostel de bajo presupuesto son una excusa para dormir en una ciudad que por las noches se parece a un cielo estrellado.