Sabía poco del pez globo, tengo que reconocerlo. Que está en Japón, que se hincha más que un sapo cuando necesita defenderse. Pero hace unos días entrevisté a la cocinera Narda Lepes y descubrí su historia increíble. La del pez globo, claro, que en Japón se llama fugu.
El tema de la entrevista era el pescado y los viajes. Hablando de los mejores lugares del mundo para comer pescado llegamos directo a Japón. Me contó que para ella el mercado de pescado más increíble que vio en su vida es el Tsukiji Market, el mercado central de Tokio, donde se manejan 2800 toneladas de productos marinos por día y se reciben más de 450 tipos de pescados diferentes.
Después me habló del fugu. De cuando lo vio en ese mercado y de lo caro que es. En realidad no es caro el pescado en sí, lo extremadamente costoso es comerlo. Porque el fugu es venenoso, pero a su vez tan rico. Entonces, el cocinero requiere un know how específico que eleva su precio hasta 200 o 300 euros por un set de fugu pescado hace algunas horas. «La gracia es tocar el veneno con el cuchillo, pero la cantidad suficiente para sentir las cosquillas en la boca y no morirse», me dijo Narda.
El veneno -tetratoxina- puede estar en diversos órganos del pescado. Y el efecto es lento pero irreversible. Leí en una página dedicada a los temas de mar, que la persona intoxicada siente cómo los músculos se le paralizan poco a poco. Después, la respiración se detiene y el corazón sigue latiendo un rato más. Hasta que también se detiene. No se conoce ningún antídoto.
Desde la antigüedad hasta hoy miles de japoneses han muerto por los encantos del fugu. Un sólo pescado puede matar a 30 personas. Durante la Era Meji, entre 1867 y 1912, su consumo fue prohibido por el emperador. Las regulaciones son cada vez más estrictas, pero todavía mueren personas envenenadas por comer fugu. Para los japoneses, este pescado es tan delicioso que también le llaman fuku, que quiere decir felicidad.
El puerto de Shimonoseki, en la isla de Honshu, es la capital del fugu. Entre septiembre y marzo se sacan toneladas de fugu, que se consumen en Japón, y se exportan a China, Estados Unidos y Europa. También en ese puerto hay una escuela para cocineros de fugu. Sacar el título lleva tres años de aprendizaje y sólo el 30% aprueba el examen y logra cocinarlo para el público. Además del estudio y el fugu hiki, un cuchillo especial, hay una máxima de oro: no arriesgarse nunca.
Se conocen más de 150 especies de fugu. El más peligroso es el tora-fugu o pez globo tigre. También, el más sabroso y el más caro. Todavía existen pocos restaurantes para probarlo afuera de Japón. Si alguien está por viajar debe saber que un set de fugu consiste en varias partes del pescado preparadas de tres maneras distintas: 1) fugu-sahi, tipo sashimi, delicado y casi transparente, 2) fugu-no-kara-age, trozos del pescado frito, 3)fugu-chiri, apenas hervido, con vegetales.
Para tomar, mínimo sake ¿no?
bello y letal, un clasico.
fugulosa historia!
Linda historia para aprender. Por suerte los Borgia no vivían en Japón.
Una pregunta: el 70 % de cocineros restantes ¿no aprobaron el examen o le erraron al probar fugu?
Hay una razón adicional por la que no corro riesgos de envenenamiento: es carísimo !
Me encantó conocer la historia del fugu. Hace años que no escuchaba una historia nueva en un blog. Además, la mezcla es perfecta y lo digo por experiencia: mi novia tiene la mejor carne, aunque a veces no la puedo comer por el veneno.
Por eso hoy en mi pescadería amiga compré mis acostumbrados filetes de merluza.
en la Colonia del Valle, DF, hay un restaurante japonés muy pequeño, Diego, es su nombre. Resulta que en el menú de este sitio, aparece, entre otros, el temido «Fugu». Jamás lo he comido, pero no por el riesgo (algo que no sabía), sino por el precio. Lo venden carísimo. Me pareció excelente la historia, felicidades.
Fitz, lo de bello no sé… el pez globo no se ve particularmente agraciado.. igual su carne es deliciosa, aunque este punto no me tienta en particular… le dejo la ruleta rusa del paladar a los sibaritas de la gastronomía.
A mi con un buen salmón a la parrilla, con limoncito y jugosón se me van las ganas de experimentar extravagancias.
Priti, es cierto, a mi me gustan los globos pero es un tema mio. Entiendo que el mundo no los considere atractivos. Es posible morir comiendo fugu o con un balon gastrico. No hay duda, los globos son muy peligrosos. A mi tambien me gusta el salmon con limoncito, te imagino con mano para el pescado.
Buena historia, ya sé lo que ganamos los que no tenemos mucho dinero, al menos una posibilidad menos de morir.
También me preguntaba lo mismo que Claudio…el 70% restante de alumnos envenenó al profe????? Felicidades profe, buena historia.