Fidel es el padre de los cubanos. Como todo padre da y quita, deja hacer y prohíbe. Como muchos padres es amado y como algunos es odiado. Como todos, algún día morirá.
Hay rumores de su muerte desde hace rato. En su columna dominical de Página/12, el periodista Santiago O’Donnell escribió ayer una interesante nota sobre esta incógnita, tomando como fuentes los blogs y diarios de Miami, que lo han matado varias veces. Pero el Comandante ya lo aseguró alguna vez: «Yo me muero casi todos los días. Pero eso me divierte mucho, realmente, y me hace sentir más saludable. He resucitado muchas veces.”
Dicen que el rumor sería verdadero. Perez Hilton es un blogger experto en chismes y ya lo confirmó hace más de un mes: «Fidel Castro is dead». Dicen que sí. Que lo embalsamaron como a Lenin, que tiraron sus cenizas al mar. Y que no. Ahí aparece él, con sus declaraciones polémicas, como las de la semana última, con ese asunto de las toneladas de oro debajo de las Torres Gemelas. Y que sí. Y que no.
Lo cierto es que en Cuba nadie sabe nada. Al menos los habitantes con los que me crucé: un camarero, el conductor del coco taxi, un vendedor de libros, dos médicos, una maestra, gente que anda por ahí. Esto me dijeron en Cuba: “El comandante está bien, ¿no vio sus reflexiones en el Granma de hoy?”; “Hace un año y dos meses que Fidel está enfermo, pero igual anda bien”; “Es muy difícil saberlo. Hace algunos años hice el servicio militar cerca de donde vive Fidel. Estaba allí de la mañana a la noche, cuidándolo, y nunca supe cuál era su casa”.
Los que lo quieren vivo tienen las reflexiones que salen cada dos o tres días en el periódico. Los que lo quieren muerto podrían tener que esperar… más. Hace unos años que en Cuba se ha formado El Club de los 120, con personas que llegan “con calidad de vida satisfactoria” a esa edad. Ya circula el rumor de que Fidel Castro Ruz podría llegar a los 120.
Lo último: el presidente del Club de los 120 es el Dr. Eugenio Selman (foto izquierda), médico personal del Fidel.
Me pregunto si la misma cantidad de tinta que se derrama para lanzar / analizar / comentar / editorializar, etc, etc, etc, los rumores que dan cuenta de la muerte de Fidel se utilizará para juzgar objetivamente -cuando se tenga certeza de su muerte- su gestión y sus consecuentes efectos (buenos y malos, para mí con saldo negativo) sobre la isla.
Me gusta mucho el blog y la manera de mostrarnos Cuba. Conocí la isla hace un año y me enamoré de ella, precisamente por todas estas contradicciones tan cubanas.