En unos minutos, cuando suba este post habré pagado 12 dólares la hora de Internet. Estoy en Cuba y aquí la hora de conexión es tan cara como tres mojitos en el mejor hotel de La Habana. Casi inaccesible para los cubanos que, si no trabajan en turismo o en alguna empresa extranjera, ganan entre 12 y 20 dólares al mes.
Sólo 3 de cada 100 habitantes tienen acceso a Internet. Y no pueden navegar libremente. Igual que la salida del país y las noticias, Internet está controlado. No es raro que aparezcan carteles como «Esta página se cerrará por una cuestión de seguridad de Estado», como le pasó el año último a la periodista Claire Voeux cuando estuvo en La Habana para la Cumbre de Países No-Alineados. El estado cubano está decidido a cuidar que Internet no sea usado en forma «contrarrevolucionaria».
Por eso, ayer cuando conocí a Pedro Wong en el Barrio Chino de La Habana me dio un correo electrónico extrañísimo, lleno de números y sin nombre.
Por eso, antes de ayer, cuando conocí a Alfredo J. en el edificio Bacardi no me reveló su correo a pesar de haberme revelado que se escapó de Cuba en una patera y lo detuvo una patrulla americana en alta mar. Prefirió dejarlo así, me explicó que sería un problema pedir permiso, encontrar una máquina, gastar dinero. Me dijo: «mejor no» y se encendió un cigarrillo Popular para saborear la despedida.
En La Habana los turistas chequean Internet en los hoteles. Algunos, como el tradicional Tryp Habana Libre, el antiguo Hilton, tienen cabinas amplias tipo oficinas, donde en general hay demora. Otros, como el Sevilla, pusieron seis máquinas en el lobby. La hora cuesta entre 10 y 15 dólares y no alcanza para mucho. Como la conexión es vía telefónica abrir una página puede llevar cómodamente más de un minuto.
Aún a pesar de esa lentitud, muchos cubanos anhelan la conexión. Uno de ellos es el periodista y director de la agencia de prensa independiente Cubanacán Press, Guillermo Fariñas Hernández, quien en 2006 hizo cuatro meses de huelga de hambre pidiéndole a Castro el libre acceso de Cuba a Internet. Estuvo a punto de morir y no consiguió su pedido. Sí, en cambio, le dieron un premio internacional en diciembre del año pasado.
El estado cubano se jacta de impartir educación a sus habitantes, y sin embargo el acceso a la Red está totalmente controlado. Siempre hay excepciones, claro, y en general tienen que ver con «los hijos de» que aquí también existen y, como en todo los países, comunistas o capitalistas, tienen privilegios y son niños mimados.
Esta es la primera de las tantas contradicciones que encontré en Cuba, en el año 49 de la Revolución. En el transcurso de las próximas semanas iré contando más anécdotas, paisajes y datos útiles de la mayor de las antillas y la isla más especial del Caribe. Ahora sí, termino de una vez. El marcador dice que ya van 18 dólares. Se me fue otro mojito y medio.
Muy interesante el post! No es fácil hablar de Cuba sin caer en los fanatismos de los defensores y los enemigos. La serie promete!!
Cuba es la verdadera America Latina: la America Latina de los livres de Gabriel Garcia Marquez.Te consejo de ir a la habana vieja y gustarte un mojito en la Bodeguita del Medio asi como Hemingway una vez…puede ser que asi consegues inspiration por tu posts.
Cuba, Haití, Trinidad-Tobago y las Guayanas son los únicos países de América donde no he puesto los pies (no me gusta decir “que no conozco” porque conocer un país es simplemente imposible).
Por lo tanto, hacer comentarios sobre Cuba, siendo además un país que genera tanta controversia política, me resulta difícil y un tanto audaz.
No obstante, puedo sí decir que no me gusta un régimen como el cubano, a pesar de reconocerle mucho mérito en temas como salud y educación, la que pone al alcance de absolutamente todos. Entre otras cosas, no me gusta el culto a la personalidad (ver la foto que ilustra el post).
Del texto surge claramente que la barrera económica que se impone al pueblo (12 US$/hora de internet a gente que gana eso por mes) es una forma de impedirles el acceso a lo que brinda –con todo lo bueno y lo malo que contiene la red-. Una forma de cercenarles la libertad.
En el 2000 pagué 18 US$/hora de internet en Nueva York, en la esquina sur del Central Park (estuve 10 minutos..). Era caro, pero allí la gente ganaba lo suficiente como para poder pagarlo. Y seguramente ya bajó de precio por la competencia. No pretendo hacer una apología del capitalismo salvaje (muy lejos de mí semejante cosa) pero a los efectos de comparar precios de un servicio público vs poder adquisitivo del usuario, vale.
Farías Hernández debió intuir que su esfuerzo sería inútil. Todavía Castro no ha autorizado a salir de Cuba a la célebre médica Hilda Molina, por razones humanitarias, a pesar de los pedidos del gobierno argentino. (ver http://www.cubanet.org/CNews/y04/dec04/20o7.htm). Qué puede importarle una huelga de un periodista por el tema de internet.
Veremos cómo evoluciona Cuba una vez que Castro desaparezca físicamente (finalmente sucederá). Parafraseando a Lennon y McCartney en “Podemos solucionarlo”, 1964: “Only time will tell if I am right or I am wrong”.
imppresionante