Todavía hay pescadores chilotes que en las noches de luna llena o en las madrugadas de verano ven a bailando a la Pincoya sobre las rocas.
Desnuda, envuelta en sus cabellos larguísimos. Es una mujer de extraordinaria belleza, princesa de los mares que simboliza la fertilidad de las costas de la isla. Baila frente su hombre, el Pincoy, que no puede dejar de mirarla y le canta para que ella nunca termine de bailar.
Según el mito, si la Pincoya baila vuelta hacia la costa será un tiempo de escasez y falta. En cambio, si mira hacia el mar habrá abundancia de peces y mariscos.