«¿Habéis oído a un cantaor? Si lo habéis oído, os recordaré esa voz gimiente, esa cara rapada y seria, esa mano que mueve el bastón para llevar el compás. Parece que el hombre se está muriendo, parece que se va a acabar, parece que se acabó. A mí me ha conturbado tal gemido de otro mundo, tal hilo del alma, cosa de armonía enferma, copla llena de rota música que no se sabe con qué afanes va a hundirse en los abismos del espacio.»
Tierras Solares, Rubén Darío (1917)
Leí tu post y no pude hacer otra cosa que hurgar hasta que encontré la carpeta de Paco y Camaron en Mi música. Escribo escuchando y sintiendo… totalmente transportada (hasta muevo las manos e intento un zapateo).
Me impresiona como crece, como se hace fuerte y vigoroso ese “hilo de alma”. Me impresiona la expresión que logra el conjunto, la unión de un gemido y de una guitarra. Creo que eso es la intensidad.