Porque Africa está en primer plano, porque Argentina sigue en carrera mundialista y seguramente porque me quedan muchas cartas de amor por escribir y ojalá por recibir, me acordé de las Zulu Love Letters.
Y revolví el armario hasta que encontré la que traje de Sudáfrica hace algunos años. En zulú se llaman ncwadi y son trabajos en mostacillas. Ahora, forman parte del kit de souvenirs, junto con la talla negra y el Amarula, pero en algún momento se usaron como ofrendas de afecto y amor.
Las bordaban las mujeres. Servían para acercarse a la persona amada, para transmitirle los sentimientos.
Parecen escudos de pertenencia. Escudos de amor con el lenguaje de las mostacillas, las formas geométricas y los colores. El blanco, como siempre, habla de la pureza y el amor verdadero. El rojo, de la pasión, del amor intenso que hace sangrar el corazón.
El azul simboliza la soledad que se siente por estar lejos del ser querido; el amarillo, los celos; el negro, el dolor y la rabia. Si a uno le toca una carta de color azul con una franja blanca, ojo, es una señal de atención. En ese caso, la carta trae un mensaje: «Mejor elegí, parecés una langosta, saltando de arbusto en arbusto».
En zulú, en ruso o en español. Con mostacillas o tinta china. El soporte puede cambiar, y hasta el continente. Pero las vueltas del amor son más o menos las mismas.