Los Juegos Olímpicos terminan el 24 de agosto. Y el 25 comienza otro desafío global: el Campeonato Mundial de Buceo en Pantanos, que se celebrará en una ciénaga de un campo privado en las afueras de Llanwrtyd Wells, un pueblito de Gales que se vende como «el pueblo más pequeño de Gran Bretaña».
Curiosamente y a pesar de que los participantes terminan con barro hasta en la lengua, el campeonato está catalogado como un «evento verde». Surgió en 1986, en medio de una ronda de cervezas, en un pub. Los fundadores necesitaban un evento convocante para juntar dinero para causas nobles (la fibrosis quística, por ejemplo). Y se les ocurrió esta competencia de buceo en el fango.
Los participantes deben nadar 110 metros por una zanja oscura, con snorkel y patas de rana. Los últimos ganadores no superaban los 18 años y el récord fue 1 minuto 35 segundos. La edad mínima para competir es 14 años y no hay máxima. Hace dos años, una señora de 70 recibió una mención como la competidora más lenta. Todos la aplaudieron y se fue a su casa contenta.
Para los organizadores esto no tiene nada que envidiarle al Caribe. «Es una forma de levantarle el perfil a nuestras ciénagas y a la biodiversidad única que las habita», declaró hace poco uno de ellos, recién salido del agua y con una madeja de pastos en la coronilla.
Está bien clasificado este post en los temas “bizarros”. Es evidente que después de varias rondas de cerveza en un pub las ideas que surgen –aunque animadas por causas nobles- pueden ser de lo más estrafalarias. La lentitud de la señora era de esperar, lo que no era de esperar es que la premiaran. Eso le levanta el ánimo a cualquiera. ¿Qué premio le dan a los que se ahogan? Y respecto a la “biodiversidad única” que las habita (o habitaba, tal vez se rajaron con tanto lío), habría que consultarlos democráticamente a ver qué les parece el asunto. (quizá pidan una parte de la recaudación, para sus propios fines benéficos…).