Para probarlo ahí o llevarlo de souvenir, el calisson de Aix en Provence es un bocado antiguo y delicioso.
Se hace en esta ciudad provenzal desde el siglo XV y se ha convertido en la especialidad. Tanto, que no se puede vender en ninguna otra parte. Si se llama calisson, se hizo en Aix.
Hay varias versiones sobre el nacimiento del calisson, pero en lo que todos coinciden es que en 1900, cuando Aix en Provence fue la capital mundial del comercio de almendras, había más de 20 fábricas de calissons.
¿Qué tiene este bocado? Forma de almendra, como se puede ver en la foto. Una masa muy fina y releno de frutas confitadas y almendras molidas. Arriba, un perfecto glaceado final. Conservantes y colorantes son malas palabras en lo que se refiere a los calisson d’Aix.
Las dos confiterías más tradicionales, que no le cambiaron ni un gramo a la receta original: Calisson du Roi René, en la rue Papassaudi, y L. Béchard, en la avenida principal, Cours Mirabeau.
Los de la foto son de la feria de frutas y verduras que se hace todos los martes, jueves y sábados, de 7 a 13 en la plaza del mercado. No tienen caja coqueta pero cuestan varios euros menos y también son muy ricos.