Austin es la capital del estado de Texas, el mismo que parió a George Bush y que lleva más de 300 penas de muerte ejecutadas en los últimos 30 años. Curiosamente, la modalidad turística con que se promociona esta ciudad universitaria es el turismo bizarro y hasta liberal.
Esto me lo contaron dos residentes en Austin, el escritor y periodista peruano Paul Alonso, que estuvo de paso por Buenos Aires con su flamante novela, El primer invierno de Diana Frenzy, bajo el brazo, y su novia, Solange Muñoz, que estudia la inmigración peruana en Argentina.
Hace varios años que viven y hacen sus doctorados en la Universidad de Texas, Austin, una ciudad aparentemente amable, verde, donde se va al trabajo en bicicleta entre hippies arrugados de los 60 y un caminante estilo Forrest Gump, pero más viejo y tal vez más loco.
Hasta ahora, excentricidades típicas de varias ciudades del mundo. Pero la que sigue, destacada por esta pareja peruano-estadounidense sí que es una rareza. Parece que la actividad turística más vendedora de Austin es el tour de los murciélagos del atardecer.
Cada abril llegan más de un millón y medio de murciélagos mexicanos al Puente de la Avenida Congress, a diez cuadras del Capitolio, y se quedan hasta noviembre. Otro tipo de inmigrantes, claro, que no necesita visa y está apoyado como es debido por la Asociación Internacional de Conservación de Murciélagos.
Todas las tardes, estos mamíferos que pueden vivir ¡30 años! salen desde su guarida de abajo del puente a buscar comida -de hecho se comen la mayoría de los insectos de la ciudad- en bandadas gigantes, negras y espiraladas. Hay dos maneras de verlos: gratis y desde el Congress Bridge (como en la foto), o en un tour de 8 dólares por el río Colorado. Este mes y el próximo son los mejores para sumarse a este raro atractivo (en octubre migran a México).
Cuando todavía no había murciélagos, Borges y su madre, Leonor Acevedo, caminaron por Austin y en un artículo de hace algunos años, Tomás Eloy Martínez compará la ciudad texana con Argentina.
Cuando Borges visitó Austin tampoco se celebraba el cumpleaños del burro triste de Winnie The Pooh, pero faltaba poco. Otra rareza de Austin: desde hace 44 años se festeja el aniversario de Eeyeore.
La tradición musical, en cambio, ya existía cuando el escritor estuvo en Austin, en 1961. Hoy, la ciudad tiene el título de Capital Internacional de la Música en Vivo, con más de 150 escenarios. Uno de ellos es Zilker Park, donde entre el 14 y el 16 de septiembre próximo se festejar una nueva edición del Festival Musical Austin City Limits, con la participación de Aterciopelados, Bjork, The White Stripes, Ziggy Marley, Bob Dylan & His Band, entre otras 130 bandas (entradas desde 80 dólares).
Pero atención, antes del musical está el Batfest o Festival de los Murciélagos, los próximos 1 y 2 de septiembre. Ahí también habrá bandas en vivo, hippies vendiendo artesanías y cientos de batman. Además de todas estas rarezas, Austin tiene algo que cada día es más común: ¡7 Maravillas!
Realmente bizarro! jamás pensé que existiera este tipo de turismo «murciélago». Es lo que me gusta de Viajes Libres, que siempre te sorprende con cosas nuevas. Saludos!
que ganas de conocer Austin!!una semana de bicicleta mezclado con el… turismo bizarro? buenisimo!
Me pregunto cuál será el turismo bizarro argentino…
¿Cuándo escribís de eso?
Turismo bizarro argentino… Hay mucho. Por ejemplo esos hotelitos en Pilar que dicen estar cerca de la naturaleza por tener un trocito de jardín y resulta que son el refugio de la trampa de la semana. Muy bizarro, o sórdido si preferís. O los pobres jubilados todos en masa trasladados en ómnibus de dudosa estabilidad para subir, por ejemplo, por el monte ese de las estaciones de Tandil doscientos cincuenta mil escalones y morir en el intento. Y la lista sigue, creo que la autora de la pág. tendrá cincuenta anécdotas para contar sobre este tema.
Austin parió a George W. Bush….¿por qué no habrá estado Herodes por allá en esos días? Cuánto desastre se hubiera ahorrado la humanidad.
Murciélagos mexicanos: ¿qué dirán los residentes mexicanos en EEUU y los que intentan entrar a trabajar allá, cuando ven que hay asociaciones norteamericanas que protegen a los murciélagos mexicanos pero se levantan muros para evitar el ingreso de humanos mexicanos?
Turismo bizarro: la expresión «bizarro» usada en este contexto es una pésima traducción del inglés «bizarre»: raro, extraño, estrafalario, excéntrico, extravagante, grotesco. Bizarro en el español de siempre es: valiente, generoso; casi siempre aplicado a militares (de antes, por cierto). Por lo tanto, para mí no se debería hablar más de «turismo bizarro» es un disparate idiomático.
Lo siento, soy de los que encuentran el pelo en la sopa, pero…es porque allá está !!