El mexicano Juan Carlos Melgar sería un éxito en la plaza J’maa El Fna de Marruecos, donde se reúnen los mejores contadores de historias. El tipo es un diccionario de buenas anécdotas. Supongo que un día de éstos las meterá en su novela del boxeador errante.
Uno podría abrirlo en la O y contará la del cuidador de coches con look Ozzy Osburne que en las noches oscuras se trenza en apasionados besos con una vecina down. En la D seguramente contará la vez que se cruzó con La Doña, como llaman a María Félix, uno de los iconos de México. Cuando la descubrió en el auto de al lado, le tiró besos y más besos desde su auto. Ella lo miró con sus ojos enormes y también les mandó sus besos y una pestañeada inolvidable.
Escuché varias de sus historias, pero la de El Barquito Portugués me puso la piel de gallina. Fue hace varios años, en Cuba. Melgar es maratonista -también hizo del Iron Man de hace dos años- y había viajado a Varadero para participar de un triatlón, que consistía en una medida de natación en el Caribe, otra de bicicleta y otra de corrida. Como es bueno nadando, enseguida los había pasado a todos. Era uno de los primeros cuando sintió un ardor tremendo en el brazo. Se tocó y tenía uno de los varios tentáculos de una medusa enorme, de más de 20 metros de largo (llegan a los 50 metros). Después del ardor sintió una parálisis y después comenzó a hundirse, lentamente.
No me hubiera contado esta historia si uno de los surfers que cuidaba a los nadadores no hubiera visto su mano levantada, pidiendo auxilio. La historia terminó en el hospital. Fueron 23 las víctimas de esta poderosa medusa que cada tanto azota las aguas tropicales del Caribe y del Pacífico Sur. Se han reportado ataques en Hawaii, Cuba, Australia, India, entre otros países. Me contó Melgar que él vio cómo le dieron una tremenda inyección a la altura del esternón a otro participante y después con la misma aguja y sin anestesia la aguja se hundió en su pecho. En los casos más extremos, puede ser necesaria la resucitación.
Todavía tiene cicatrices largas y profundas en el brazo y en el pecho, una de esas heridas de guerra de los viajeros más osados, de los sobrevivientes.
Entonces, me puse a leer sobre este terrible y hermoso Barquito Portugués (en inglés, Portuguese man-of-war) , que se llama así porque algunos organismos se parecen a los antiguos barcos a vela portugueses, como se ve en el dibujo de la izquierda.
No es como las típicas aguasvivas de la playa, que producen una molesta urticaria. El Barquito Portugués (Physalia physalis) es un invertebrado largo y brillante, con un veneno poderoso que puede llevar a la muerte.
Según recomiendan, a los que les toque sacar los tentáculos adheridos a la piel de la víctima deberían hacerlo con guantes. Nunca poner alcohol para limpiar, sí mucha agua y bolsas de hielo para calmar el dolor.
Si bien su hábitat es el mar abierto, a veces los vientos fuertes las trasladan hacia la costa, donde flota como un barco y abajo, escondida está toda su artillería. Y cientos de miles de individuos. Poruque la fuerza del barquito se debe justamente a que no es uno sólo sino una colonia de miles de bocas hambrientas, con tentáculos que cazan con la misma voracidad tortugas marinas, peces o grandes nadadores, como Melgar.
¿Alguna historia de supervivencia en viaje para contar?
Hola Caro, felicidades. Me gustó mucho, se lo recomendé a mis padres y también quedaron fascinados. El personaje Melgar parece alguien sacado de un texto del genial y maravilloso Pasquini. Oye, salió la entrevista de JP en EmeEquis. Quedó excelente, la foto me dio risa. Ché, regresen a vivir en casa. No paguen un hotel, es una tontería que hagan eso.
AbrazoT
Carolina, qué buena pregunta para los usuarios de los trenes suburbanos argentinos….
estaba de vacaciones en marzo del 2015 cuando viaje a cuba con mis dos hijos y mi esposo cuando llegamos a las de cuba quede asombrado por lo bbello que es en seguida entre a bañarme con mis hijos en eso vi unas bolsitas transparentes en cuanto toque para preguntar que es eso se me quedo pegado el barquito portugues senti que me iba a morir y agradeci que no lo toco mi bebe de un año omi hija de ocho