Con alma


El otro día charlé un rato con un astrofísico y, aunque hablamos de galaxias y soles, cuando me fui a dormir el mundo me pareció más chico. No había homeopatía ni astrología ni medicina ancestral ni mística. Pero lo peor fue que para él no existía el alma. Lo volví a recordar hoy cuando me enteré de que se encontraron unos poemas póstumos de la gran Wislawa Szymborska. Bastó que leyera un verso para encontrar el alma. Menos mal.

Alma era una palabra-acertijo. Soy, su mayor problema. ¿Y los mapas?, los mapas le encantaban por su don de mentir al desplegar un mundo “no de este mundo».

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