De Corrales a Tranqueras,
cuántas leguas quedarán,
dicen que son once leguas,
nunca las pude contar.
Las hice con agua y viento,
escarcha de luna y sol,
pero entonces no contaba,
porque iba rumbo al amor.
Entonces todo cantaba,
agua, tierra, viento y sol;
entonces todo era canto,
porque iba cantando yo.
Mi flete era parejero,
mis años, de domador,
y los caminos cortitos
pa’l trote del corazón.
Camino de mis recuerdos,
tierra roja y pedregal,
bordea’o de cerros parejos
que se inclinan al pasar.
Vigilante, Miriñaque,
cerros de mi soledad,
repecha’os por mis cantares,
sombras de toro y chilcal.
Hoy, que me duele la vida,
cansa’o de tanto changar,
balda’o por los redomones
ya no las puedo contar.
Y quebra’o por una pena,
pregunto en mi soledad:
De Corrales a Tranqueras,
¿cuántas leguas quedarán?
Del disco de Alfredo Zitarrosa Pal que se va.