La Revolución tiene 49 años, casi lo mismo que los museos rodantes de Cuba. Así les dicen a los autos clásicos norteamericanos de los años 50, plena época del dicador Fulgencio Batista. Antes de la Revolución, Cuba era uno de los mayores importadores de autos americanos clásicos y hoy es el país del mundo donde más quedan, más incluso que en Estados Unidos. Si bien no hay números exactos, se habla de alrededor de 75.000 «carros» también llamados almendrones porque algunos se parecen a una almendra. Son Buick, Ford, Chrysler, Chevrolet, Plymouth y Cadillac convertibles, grandes como lanchas y pintados de turquesa, rojo, celeste, verde agua y más colores inusuales. La mayoría es de los 50, pero también hay de los 30 y 40.
Los autos antiguos no fueron expropiados por la Revolución, y existen organizaciones de propietarios que hacen competencias de mejor estacionamiento, mejor marcha atrás, mejor frenaje, mejor presentación y motor más reluciente. Además, son los únicos autos de Cuba que se pueden comprar y vender.
El más freak que veo es uno que está estacionado frente a las escaleras monumentales del Capitolio, en Centro Habana. La nueva pintura es violeta metalizado. Funciona como taxi y cobra carísimo. Tiene el frente y el tapizado y todo en perfectas condiciones. Pero nunca lo veo andando. Siempre que paso por ahí, está su dueño, tan elegante como el auto, sentado escuchando rock and roll de la misma época del auto. Es tan negro que el flash no alcanza para que se vea su cara. En el bolsillo de la camisa lleva una lapicera violeta haciendo juego con la pintura del auto. Le pregunto algo pero ni me pesca, está en su mundo Elvis y se cree lo máximo.
No todos corren la misma suerte que la bañadera violeta. También los hay sin botox ni cirugías, con la chapa descascarada y los años encima. Pero andando, con la frente alta. Y a veces, medio baja también. Ya los verán, parados en el medio de la calle, rodeados por cuatro, cinco o seis hombres discutiendo sobre mecánica.
A continuación una pequeña galería tuerca de fotos que saqué en La Habana.
Si se quedaron con ganas de más, pueden hacer un clic acá
Qué buenas las fotos de los autos ,qué flash haberlos visto y sobre todo el violeta con negro incluido.
Carolina, entre hoy por pimera vez a tu blog, soy asidua a las Cronicas de Juan Pablo de Clarin, y hoy hizo in link aqui. Soy cubana y tengo el blog que puse donde dice sitio web. La idea es hacer contacto con vos a fin de colaborar en alguna publicacion. Yo estoy en USA, San Diego, CA, pero vivo en Buenos Aires. Soy abogada, pero escribo desde hace mucho. Veo que has viajado mucho y escribes muy bien. Ojala te des una vuelta por mi blog y me digas si podemos hacer algo alli soy Katana porque es un blog personal y no he decidido revelar mi identidad aunque le estoy dando una vuelta mas profesional ahora, es muy variado. Saludos y bien por lo que dices de Cuba, aunque debo leer todo.
me gustó mucho la nota acerca de los autos, es parte de lo que deja la revolución y esas paradojas, que sean autos norteamericanos, y que haya tantos y en tan buen estado
como que son pequeños botines de guerra que los cubanos mantienen
además el auto es un gran símbolo de los viajes libres, nos permite viajar con amigos, solos, en pareja, en familia
parar donde querramos, ir de pueblo en pueblo
un saludo
Carolina, qué interesante paseo vía túnel del tiempo que estás haciendo.
Estos autos responden perfectamente a la definición de algo «anacrónico»: que está en desacuerdo con la época presente o que no corresponde a la época en que se sitúa.
Pero tal vez coticen su peso en oro cuando exista en Cuba un mercado libre. Sus dueños tendrán revancha y pondrán al día 49 años de consumo atrasado…
Que buena onda viajar a Cuba por la red, excelentes notas e info.
Suerte y mojitos para todos.
Vamos Cuba, una alegria…
Les dejo otros autos antiguos, pero desde Argentina.
http://www.arcar.com.ar
Esta muy interesante tu blog.
La gente es muy calida y muuuy trabajadora.
Estare alla por el mes de septiembre del 2008
que bonitos, de verdad que tiene un encanto.
Un saludo.