Una de las imágenes que más me gustaron de los recorridos por Gran Caimán es la de un negro rastrillando con parsimonia un jardín de arena en el frente de una casa pintada de verde pastel.
Los sand yards son los jardines tradicionales de la isla. Hay plantas tropicales y canteros de flores, pero en lugar de césped el suelo está cubierto de arena.
Al parecer, la tradición tomaría algo de las prácticas africanas de guardar un espacio de arena y sombra alrededor de su aldea y algo del gusto inglés por los jardines.
Conclusión: este extraño y hermoso paisaje, ecológicamente amigable, que se mantiene fácil y barato. Cada tanto se rastrilla porque salvo en época de huracanes no hay mucho viento en Caimán.
Durante años fue el jardín más típico de la isla, después cayó en desuso y, desde hace un tiempo, se recuperó la costumbre del sand yard. Por eso vi al tipo rastrillando y varios de estos jardines en la isla.
La casita que se ve en la foto se vendía en una librería, costaba 12 dólares y venía en una bolsa para armar, con arena incluida. Lástima que no la compré porque mientras escribo me dieron ganas de armarla. Les salió bastante parecida a la versión original.
Unos días antes saqué esta foto en el Jardín Botánico, donde se puede ver una réplica de una típica casita caimanera pintada de color pastel, pequeña, con galería en el frente y el sand yard con piedras que delimitan canteros y senderos. Más allá, siempre, está el mar.