Mientras en Estocolmo, Mario Vargas Llosa tomará pastillas de miel para aliviar su afonía, en Lima lo recuerdan con muestras especiales, afiches en la calle y hasta collages hechos por niños de colegio.
Unos días atrás visité la antigua Estación Central Desamparados, en el centro histórico de Lima, donde desde el año pasado funciona la Casa de la Literatura Peruana.
En 16 salas se rinde homenaje a los grandes escritores y poetas peruanos, desde el Inca Garcilazo de la Vega hasta César Vallejo y, por supuesto, MVLL.
La biblioteca de la Casa lleva su nombre, está en el centro de la vieja estación, debajo de una claraboya de vitraux. Allí se pueden consultar todas las obras del autor en varios idiomas, y en la página, hacer un recorrido virtual.
Suele haber charlas, seminarios y conferencias, siempre gratis.