El año que viene se cumplirán 60 años de El Tercer Hombre, una de las películas más populares de la historia del cine, uno de esos clásicos de todos los tiempos.
La rodó Carol Reed en Londres, en 1949, y sobre la base a una novela de Grahaam Greene. En su momento, el film ganó el Gran Premio del Festival de Cannes y el Oscar a la mejor fotografía en blanco y negro.
Fue tan exitosa que tuvo una continuación en radio con el propio Orson Wells, uno de los protagonistas que apenas aparece, y luego en episodios de televisión. Nunca se dejó de hablar de El Tercer Hombre. Hasta el día de hoy se puede ver tres veces por semana -en versión original- en el Burg Kino, un cine de Viena (entrada: 6 euros).
La película cuenta una historia de suspenso en la Viena de postguerra, una ciudad destruida, corrupta y llena de sombras, de casas, de faroles y de un misterioso tercer hombre.
Quizás los fanáticos sepan que los exteriores -las persecusiones, las aparaciones de Orson Wells entre las sombras- se filmaron en Viena, donde hace tres años un ceramista -y fanático, claro- un tal Gerhard Strassgschwandtner abrió un museo dedicado al film. El tipo empezó a coleccionar objetos relacionados con la película hace diez años, desde posters de la película hasta los uniformes que usados por los militares durante la ocupación.
El museo está en Pressgasse 25, 1040, cerca del mercado Naschmarkt, se filmó parte de la película. Parece que por ahí cerca está el acceso a una de las cloacas por donde uno cree que corría Wells. Pero el austríaco explica que no, que Wells no quiso meterse ahí y que la parte de las cloacas la filmó un doble. Pero él en sus tours guiados (7 euros) sí lleva a los turistas por el universo subterráneo de canales y cloacas.
Como se sabe, Harry Lime no aparece mucho pero enuncia el diálogo más elocuente de la película: «En Italia, durante treinta años bajo el imperio de los Borgia, se sucedieron guerras, terror, asesinato y sangre, y todo ello hizo posible un Miguel Angel y un Leonardo Da Vinci, un Renacimiento. En Suiza, lo que siempre ha existido es el amor fraterno, cuatroscientos años de paz y democracia, ¿y qué cosa ha producido todo esto? El reloj cucú.»
Quizás los fanáticos de El Tercer Hombre vayan alguna vez a Viena y sigan el circuito de El Tercer Hombre por las calles de la antigua ciudad. En una de esas escuchen de lejos la increíble cítara de Anton Karas. Quizás hasta vean a Harry Lime. O a su sombra. O …
En la conmemoraciòn del 60 aniversario del filme, y con un acopio envidiable de refrencias al mismo, me uno, sin siquiera pensarlo al sèquito de seguidores-admiradores del maestro Orson Welles ( El Elusivo Harry Lime).
Al entrar al mundo de la cibernetica, me propuse el buscar la manera de obtener todos los datos sobre de el mismo , y no solo he consguido una copia (aunque castellanizada al màs puro estilo madrileño, que parece dialogos extraìdos por Corin Tellado y Don Marcial Lafuente) sino que, tengo una copia original de la partitura del Anton Karas y por supuesto, una grabacion en MP3 de la misma.
Salud por este aniversario y ojalà haya otros a quienes le ocurra lo mismo .
hace tiempo que busco la partitura de la banda sonora de la pelicula, me podrías decir donde la encontraste.
Fantástico el recuerdo de este filme, uno de los de mayor atmósfera de todos los tiempos, y un ejemplo de la fusión perfecta de imagen y música en cine(como el Amarcord de Fellini.
El maestro Karas hizo la música casi preso por el director británico Carol Reed y estuvo a punto varias veces de mandar todo al carajo. Por suerte no lo hizo.
Me encantó el recuerdo
No sé si me gustan más la música de El tercer hombre, los valses de Viena, el fin de la segunda Guerra mundial, el centro de Europa, Mozart, Beethoven o el Danubio azul. Todo es hermoso, «malgré l’ histoire». Lo que pasa es que a los 77 años ya no puedo aspirar a seguir los paseos de Viena, la noria, aprender alemán,etc. Saludos. Juan