Cuando hace algunos años viajé por el sur de España, más precisamente Marbella, Benidorm, Puerto Banús lo vi con mis propios ojos: la costa del sol y el buen vivir español estaban atravesados por ancianos altos y rubios; alemanes, ingleses y otros europeos del Norte, con dinero pero sin sol.
Muchos se habían comprado una casa en España, para jubilarse mirando al mar y tomar todo el sol que no tomaron en sus vidas de clima lluvioso y gris. Tanto se da este tipo de turismo de la tercera edad que hasta se consiguen enfermeras inglesas y alemanas sin problemas.
Eso fue hace algunos años, hoy se ha incrementado y hasta radicalizado la tendencia. La costa mediterránea de España concentra el 44% de la población y el 42% del PIB. Sólo en las provincias costeras del Mediterráneo viven 17 millones de personas y según previsiones estadísticas vivirán 21 millones en 2020. La costa meditetrránea española crece -en infraestructura y población- a la velocidad de Shangai, Río de Janeiro o Tokio.
Ellos, los cientos de viejos que siguen la ruta del sol están cambiando la fisonomía y población del sur de Europa. Hace un par de días terminó el último Simposio sobre Turismo XXL, organizado por la asociación Intelligent Coast, un centro de investigación sobre la costa y el turismo que tiene como meta proyectar «costas cualitativas», en oposición a las costas masivas de hoy. En el simposio, celebrado en Barcelona, se reunieron economistas, empresarios, sociólogos, ecólogos y arquitectos para debatir el modelo de turismo que existe y el deseado.
En el marco del simposio conversaron el novelista Michel Houellebecq (La posibilidad de una Isla, Lanzarote, Plataforma) y el reconocido arquitecto holandés Rem Koolhaas. El diario El País reprodujo ayer el interesante encuentro de ideas entre ambos, que versó sobre las formas y tendencias del ocio en España y en el mundo.
Como buen pesimista ácido, Houellebecq se despachó con algunos párrafos amargos sobre el futuro turístico de España, el segundo país más visitado del mundo. Y dijo:
«Ibiza quedará, porque Ibiza es la fiesta y el sexo, y eso siempre atraerá a las masas; pero el turismo de alta gama encuentra y encontrará más estímulos en escenarios diferentes, como, por ejemplo, Italia y Croacia. Creo que la única oportunidad que tiene España para mantener ese gran negocio del turismo son los jubilados, que son sensibles a las condiciones de seguridad. En España hay un excelente servicio de salud. Eso es fundamental para este objetivo. Hospitales estupendos, buenos doctores. Hablo de un turismo de extranjeros de avanzada edad que compran apartamentos para venirse a morir aquí. En los cincuenta, España fue pionera en la industria del turismo. En aquellos años los vuelos de avión no eran accesibles a todos, de manera que las primeras masas turísticas venían a España en coche. Pero como ahora los vuelos en avión son baratos, las nuevas masas se desplazarán a territorios nuevos, más lejanos, con la misma facilidad. Pienso, por ejemplo, en Liberia, donde el clima es mas cálido, es mejor…»
Al cálido y soleado turismo español, ¿se le viene la vejez?
Hace unos años estuve en esas mismas costas, y recuerdo que ya se veía venir esto de la invasión de viejos de europa de norte. Era increíble, al punto que el alcalde de Marbella era un alemán… además, hay muchos sanatorios que ofrecen vacaciones de hospital, y entiendo que todos los años Vargas Llosa va una semana a esos lugares, y duerme 4 dias seguidos como terapia.
Felicitaciones por el blog!
Argentina es un lugar excelente para el turismo de la tercera edad, la costa bonaerense que va desde San Clemente a Mar del sur ofrece unas playas precio…., en fin no tan preciosas con una hotelería de prim…. bueno, con un clima benigno en el vera…… Cuando sea viejo quiero morir en europa.
Qué interesante la información de la nota sobre turismo en España. Y bueno, si la població³n de Europa es cada vez más vieja, es lógico que su turismo también lo sea. ¿No? Felicitaciones, me encanta leer los posts, ahora me lo pongo como meta, chequear cada dos días a ver qué hay de interesante para leer.
Benidorm, recuerdo mucho ese nombre… Llegué a esa playa luego de haber pasado un día entero buscando lugar para domir en Málaga y no haberlo encontrado pues ese mismo día, 19 de agosto, era la fiesta de la Incorporación a la Corona de Castilla, el Día de Málaga, entonces tomé un bus a Benidorm porque sonaba a que iba a domir bien en ese lugar. Era domingo y yo bajé del micro con mi mochila pesada y la oficina de turismo estaba cerrada, mal comienzo. Caminé unas cuadras, era muy temprano y había poca gente en las calles y los pocos hoteles que pude ver se veían muy caros y yo buscaba un hostel o cualquier albergue estudiantil pero cuando pregunté nadie supo decirme si existía algo así ahí, entonces ya muy cansada me quedé dormida en la playa abrazada a mi mochila. Desperté al mediodía rodeada de gente, niños que gritaban, ancianos, parecía mar del plata, una pesadilla. Fui directo a tomarme otro bus, esta vez hacia Barcelona, donde tenía lugar para hospedarme.
Carolina, la foto que ilustra la nota (la tía Chocha y la tía Potota) pone en fuga a varios…pero seguramente deben ser supersimpá¡ticas y (100 % de certeza) deben cocinar muy bien…
Hablando en serio, el escepticismo del holandés del apellido complicado de escribir tiene mucho fundamento pero por otras razones que seguramente ni él habrá pensado: con la impresionante crisis energética que se viene a nivel mundial (2, 3…5 años máximo), lo que más sufrirá será el transporte, lo que afectará de lleno al turismo. Y si son islas, ni hablar. Vean al respecto: http://www.canariasantelacrisisenergetica.org y allí hacer link a «Artículo de opinión: desempleo masivo en Canarias, el riesgo del colapso socioeconómico». Muy interesante (y preocupante).
Saludos
Caroline Muy bueno tu blog ! En cuanto al comentario de Pablo Fedorovsky,le digo, loco cuando seas viejo no querrás ir a morir a Europa, ja ja ja
Vivo hace más de 6 años en España, y gran parte de este tiempo trabajé para el turismo europeo que viene en masa a duplicar la población en los meses de verano…
Y sin embargo, en tan pocas temporadas, vi envejecer brutalmente la indrustria turística… no sólo por los ancianos guiris europeos que vienen a absorber el sol cual placas solares, sino por la vertiginosidad especulativa del desarrollo inmobiliario e insostenible en las playas de toda España…
En nombre del dinerillo rápido destrozan cualquier pedazo verde, incendian patrimonios naturales, compran parcelas de campo a los pueblerinos ignorantes y dejan sin agua a las ciudades y pueblos colindantes tan sólo para construir una y otra y otra urbanización más, que de temporada en temporada crecen cual setas después de la lluvia…
Un horror que tarde o temprano haré efecto boomerang, y lo que hoy buscan los vejetes en España no será más que un lejano recuerdo… tapado de hoteles y restaurantes vacíos…
Ahora también se mudan al interior y construyen piscinas para estar bajo el mismo sol español. Mollina, el pueblo de mi mejor amiga, cerca de Antequera en Málaga, ha visto cómo se duplicaba su población en un año por la colonia de extranjeros que han creado en las afueras del pueblo. Increíble, de verdad. Yo lo he visto. Casas prefabricadas con bonitos jardines… y ya son más de 2000 los nuevos habitantes del minúsculo pueblo, sobre todo ingleses. Han empezado a construirse también sus bares, supermercados… Y el resto del día se lo pasan colorados tomando cervezas en el pub inglés que han abierto en el centro del poblado. Por supuesto, con sus calcetines blancos debajo de las sandalias. Menos mal que la Costa de la Luz tiene el Levante, que es un viento insoportable, que cuando arranca te echa y allí no puedes vivir. Y además es Parque Natural, es decir, terreno intocable. Espero que eso no cambie nunca!